Las larvas de mosca contribuyen a sanar las heridas. Los mosquitos con sus genes modificados ayudan a combatir la malaria. Las babas del caracol son útiles para regenerar la piel. La fauna se ha convertido en una gran aliada de la Medicina.
En algunos casos, la ‘terapia larval’, que se usa en el Reino Unido, Israel, Suiza y Alemania, puede ser una alternativa más eficaz y económica que los antibióticos, y se aplica en heridas infectadas sin problemas, según el doctor José Contreras Ruiz, del Hospital General Dr. Manuel Gea González (México) y pionero en América Latina de esta técnica que se emplea en México, Colombia, Argentina y Chile.
Según el dermatólogo mexicano, las larvas de la mosca Lucilia Sericata o “mosca verde” se colocan en una red de nylon en la herida durante dos o tres días e ingieren la carne infectada, matando las bacterias y estimulando el crecimiento del tejido sano.
Entre las desventajas de la 'larvaterapia' figuran que se dispone de poco tiempo para aplicarla, porque las larvas se convierten en moscas en tres días, así como el rechazo psicológico que este método puede ocasionar en el paciente y el profesional sanitario.
No obstante -según el doctor Contreras Ruiz- las ventajas compensan con creces estos inconvenientes, ya que "la selectividad y rapidez con que trabajan las larvas, comiendo todo lo que está muerto y dejando intacto el tejido vivo, permiten una limpieza profunda de la herida".
Por otra parte, científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, han desarrollado una variedad de mosquitos con sus genes modificados artificialmente, lo cual ha hecho que esos insectos sean resistentes a uno de los tipos de parásitos causantes de la malaria, una enfermedad que acaba con la vida de millones de personas cada año.
Los mosquitos modificados genéticamente se alimentaron de sangre de ratón contaminada, pero su organismo fue capaz de combatir la dolencia, además de ser más fértiles y sobrevivir mucho más tiempo que los mosquitos normales.
Ello les supone a los insectos transgénicos una ventaja sobre los no modificados, según los autores del estudio, que adelantan que “el próximo paso es crear un mosquito Anófeles resistente al parásito de la malaria que afecta a los seres humanos” y ver el modo de introducirlos en el medio ambiente natural.
Por otra parte, algunos dermatólogos avalan la eficacia de los productos elaborados con la secreción antioxidante del caracol.
La ‘baba’ de este molusco, resulta útil para regenerar la piel envejecida o dañada por las radiaciones solares, agresiones ambientales, quemaduras o marcas de acné, siempre que su composición y procesamiento reúna ciertos requisitos.
En algunos casos, la ‘terapia larval’, que se usa en el Reino Unido, Israel, Suiza y Alemania, puede ser una alternativa más eficaz y económica que los antibióticos, y se aplica en heridas infectadas sin problemas, según el doctor José Contreras Ruiz, del Hospital General Dr. Manuel Gea González (México) y pionero en América Latina de esta técnica que se emplea en México, Colombia, Argentina y Chile.
Según el dermatólogo mexicano, las larvas de la mosca Lucilia Sericata o “mosca verde” se colocan en una red de nylon en la herida durante dos o tres días e ingieren la carne infectada, matando las bacterias y estimulando el crecimiento del tejido sano.
Entre las desventajas de la 'larvaterapia' figuran que se dispone de poco tiempo para aplicarla, porque las larvas se convierten en moscas en tres días, así como el rechazo psicológico que este método puede ocasionar en el paciente y el profesional sanitario.
No obstante -según el doctor Contreras Ruiz- las ventajas compensan con creces estos inconvenientes, ya que "la selectividad y rapidez con que trabajan las larvas, comiendo todo lo que está muerto y dejando intacto el tejido vivo, permiten una limpieza profunda de la herida".
Por otra parte, científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, han desarrollado una variedad de mosquitos con sus genes modificados artificialmente, lo cual ha hecho que esos insectos sean resistentes a uno de los tipos de parásitos causantes de la malaria, una enfermedad que acaba con la vida de millones de personas cada año.
Los mosquitos modificados genéticamente se alimentaron de sangre de ratón contaminada, pero su organismo fue capaz de combatir la dolencia, además de ser más fértiles y sobrevivir mucho más tiempo que los mosquitos normales.
Ello les supone a los insectos transgénicos una ventaja sobre los no modificados, según los autores del estudio, que adelantan que “el próximo paso es crear un mosquito Anófeles resistente al parásito de la malaria que afecta a los seres humanos” y ver el modo de introducirlos en el medio ambiente natural.
Por otra parte, algunos dermatólogos avalan la eficacia de los productos elaborados con la secreción antioxidante del caracol.
La ‘baba’ de este molusco, resulta útil para regenerar la piel envejecida o dañada por las radiaciones solares, agresiones ambientales, quemaduras o marcas de acné, siempre que su composición y procesamiento reúna ciertos requisitos.
Tomado de: http://es-us.noticias.yahoo.com/
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